La Antártida es uno de esos pocos espacios del planeta en que uno puede jugar a sentirse pionero y por ello la humanidad aun mira con ojos de ilusión y respeto a este fabuloso continente.
Pese al incremento exponencial del turismo, la posibilidad de poner pies en sus hielos aun sigue estando al alcance de muy pocos, por ello la mayoría de la humanidad aun tiene en mente, cuando piensa en el Polo Sur, la refrescante visión ofrecida por los documentales de la naturaleza; pero la Antártida es algo más que pingüinos y hielos, es una plataforma de paisajes variables en el que se entremezclan glaciares, catedrales de hielo, lagos, acantilados deslumbrantes, ardientes aguas volcánicas, unos locos científicos y un puñado de simbólicas construcciones humanas, todo ello aliñado con una mutable y por momentos atroz climatología. De hecho, una de las más gratas sorpresas a nivel paisajístico las recibí al conocer el interior de islas volcánicas como Decepción o isla Pingüino, maravillas geológicas donde en ocasiones la nieve es sustituida por el sin aliento de la arenisca volcánica.

La Antártida es un lugar gélido de vientos que parecen coaccionar a tu calor. El frío puede ser combatido con ropa, pero las aguas heladas matan tus halos de vida calando tu cuerpo, por ello quizás sea el mayor de los enemigos del habitante antártico. De todos modos, la Antártida es tan sorprendente que incluso en algunas zonas son hábiles para el baño ya que el geotermalismo magmático se filtra al exterior permitiendo el baño y la relajación.
En verano la luz juega a convertir a la Antártida en un abierto 24 horas, lo cual afecta a la vida normal y laboral de los que allí están presentes. En el Polo Sur el visionado del parte meteorológico se vuelve algo casi obligatorio, ya que en la Antártida cualquier ventana de buen tiempo debe ser aprovechada ya que rápidamente las condiciones climáticas se pueden volver complejas y en ocasiones peligrosas.
El viento se hace récord en estas latitudes y de hecho es tal su fuerza que algunas bases que habían instalado aerogeneradores se vieron obligados a cambiar sus modelos ya que las corrientes de aire llegaban incluso a romper las aspas. El oleaje no se queda a la zaga en su virulencia y en ocasiones se hace duro y cruel especialmente cuando una atraviesa el mítico el Pasaje del Drake entre Tierra del Fuego y la Antártida, no apto para los propensos al mareo.

Fauna de documental
La fauna antártica es el mejor reflejo del aislamiento geográfico del Polo Sur, la misma es cercana, curiosa, extremadamente confiada y hasta cruel por momentos; la vida y obra de estos héroes del frío constituye uno de los espectáculos naturales más impresionantes del medio natural.
Lo más sorprendente es esa mezcla entre calma y brutalidad que invade a sus seres,así es fácil pasar de momentos de calma absoluta en la que no pasa nada (aun recuerdo una foca que estuvo fija en la misma posición días y días) a ver de pronto como una foca leopardo juega mortalmente con las crías de pingüino o bien sorprenderse ante una nueva y sangrienta batalla entre machos de elefantes marinos. Los animales antárticos se dejan ver y ello convierte cada encuentro en una nueva experiencia.

Tampoco deja a uno indiferente, la gran diversidad de cetáceos que buscan alimento en las aguas antárticas, especialmente visuales son las ballenas jorobadas o yubartas que suelen regalarte piruetas y cabriolas; aunque uno siempre parece estar a la espera de encontrarse con la silueta de una ballena azul, el ser más grande del planeta el cual tiene su último refugio en estas aguas.
Y que decir de los pingüinos, los reyes del Polo Sur y que siempre sorprenden con su peculiar estilo de natación que se vuelve supremo en el modo buceo. La visita a una pingüinera es una de la actividades más cotizadas por los turistas; masivos y malolientes centros de cría que ocupan inmensas e inclinadas laderas y que están en una constante ebullición.

Aislamiento, hospitalidad y cooperación
El mundo parece girar de forma distinta en este níveo territorio y una profunda calma parece invadirlo todo, siendo aun posible rozar la incomunicación, aunque desde hace unos años incluso el móvil e Internet han llegado a varios puntos del polo. La Antártida es continúa en retos, vivir en ella supone adaptarse a sus vaivenes climatológicos, a su soledad, al aislamiento e incluso a la falta luz. El habitante antártico es sin duda una raza especial de persona.
La población humana en el Polo Sur varía en número según la estación del año; así durante el verano austral unas 6.000 personas entre científicos, técnicos y militares cohabitan la dispersa maraña de bases, a la cual hay que añadir unos 30.000 turistas que descubren sus encantos a bordo de cruceros de lujo. En invierno en cambio, la penuria climática y las noches de casi 24 horas hacen que los moradores apenas alcancen el millar.
La hospitalidad y la cooperación es uno de los rasgos que definen la Antártida, quien visita una base se siente rápidamente como en casa ya que todo el mundo te recibe con especial alegría y uno no puede negar que el ser invitados a una velada antártica es una experiencia única. Siempre recordare la primera vez que baje a la Antártida y tome un café caliente en un modulo prefabricado en la península de Byers y a mi alrededor una playa de impresión totalmente nevada se mostraba repleta de elefantes marinos y focas, creo que fue el mejor café de mi vida.

Una de las cosas más curiosas es que en la Antártida se come especialmente bien, normalmente se suelen seleccionar los mejores cocineros para mandarlos al Polo Sur ya que el aspecto alimentario es clave en lugares aislados (bases, barcos etc), ya que las comidas se convierten en el momento más importante del día y es en algo que la gente no perdona y de no controlarse puede convertirse en fuente potencial de conflictos.
Sin indígenas, la Antártida cuenta con un status territorial único derivado del Tratado Antártico firmado en 1959. Anhelada como propia por distintos países, el éxito del tercer año polar internacional de 1958, hizo que de un plumazo se congelara la “guerra” de reclamaciones territoriales. El Tratado Antártico, proporciono al continente austral un marco jurídico propio, en el que se reconocía el interés de la humanidad en el que la Antártida solo fuese utilizada para fines científicos y pacíficos. Gracias a ello, hoy en día se disfruta de un paradigmático equilibrio entre naciones, entre las cuales se ha fraguado un excelente clímax de entendimiento y cooperación, siendo quizás la mayor aportación que la Antártida ha concedido a la humanidad.
Paisajes de película e iglesias
La Antártida es puro en paisaje y emociones visuales, el reflejo de las montañas en el agua y los brillos de los hielos crean un áurea único que se combina con ese atardecer eterno que nunca parece dormir y que en ocasiones se ve acompañado de las siempre espectaculares auroras australes del hemisferio Sur.
La Antártida es un continente duro y de una fuerza vital descomunal, en donde la mezcla bruta de unas condiciones climatológicas inhóspitas y una difícil situación geográfica habían impedido a la humanidad colonizar sus helados territorios. Todo ello conllevo que el territorio antártico se convirtiese en el único continente sin pobladores autóctonos, impidiendo indirectamente el desarrollo de un sentir religioso propio a diferencia de lo ocurrido en otras partes del mundo.
Pero la llegada de los primeros campamentos antárticos y sus pobladores trajeron esa espiritualidad que parece magnificarse por la soledad impactante del territorio. Esto se tradujo en la construcción de iglesias, capillas o cruces que magníficamente se integran con el entorno añadiendo belleza y sorpresa a quien las encuentra. Su presencia contribuye afianzar aún más el carácter original e único de estas tierras.

Turismo en la Antártida
El turismo se esta convirtiendo en una actividad económica más de estas tierras, disponible a quien pueda afrontar su elevado coste económico. Las visitas se pueden realizar bien en cómodos cruceros desde Ushuaia (Argentina) a un precio que puede rondar los 8000 o 10000 euros por una semana, aunque es posible encontrarlos por un precio más módicos. También existen vuelos desde Punta Arenas (Chile) que aterrizan en la base Eduardo Frei.

Los turistas antárticos suelen tener una media de edad elevada de 60 años para arriba y de un alto poder adquisitivo, muchos de ellos quieren visitar la Antártida como su ultimo deseo de vida. En la Antártida existen tiendas de souvenirs en muchas de las bases, y en algunos lugares bancos y estafetas de correos e incluso algún pequeño hotel. Todo lo que uno no se espera en estas tierras aparece, lo cual manifiesta la capacidad innata de la Antártida de no dejar de sorprenderte.

Un sueño helado
La Antártida vive en un vaivén acelerado, ya que su supuesta protección no esconde ya sus amenazas. El calentamiento global y el agujero de la capa de ozono están afectando a la configuración natural de su paisaje y en futuro su realidad helada pueda variar drásticamente. Además, algunos hombres posan sus lucrativos ojos en su riqueza turística y mineral y presionan a los gobiernos para un cambio en el estatus que ampara el territorio.
Quizás el reto de la Antártida sea el más ambicioso de la humanidad, coger un territorio virgen, sin habitantes nativos y con un potencial de riqueza mayúsculo y ser capaz de gestionarlo pacifica y sosteniblemente, sin poner en ponerlo en peligro su integridad futura. Dicen que la Antártida es un regalo para la vista y una reflexión para el alma, pero quizás sea mejor definirla como un sueño, una oportunidad para probar que es posible un mundo mejor
Actualizado el 28 agosto,2016.
Excelente post y excelentes fotos! Hasta hace algunos años la Antártida era sólo para entendidos, biólogos y explordores de la naturaleza más extrema. Sin embargo lo bueno es que ahora se ha abierto a todo el público y es un destino bastante interesante para el turismo mundial sobre todo por la rica fauna de la zona, los elefantes, leones y leopardos marinos, focas de Weddel, ballenas y un montón de aves marinas. Yo lo tengo como el próximo destino a visitar en vacaciones, ojalá se me de conocerlo!
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Es un tema difícil el del turismo antartico, esta bien que la gente tenga posibilidad de ir porque solo conociendolo puedes apreciarlo aunque es un lugar delicado y que debería estar alejado de fuertes presiones turísticas y ya se han producido varios accidentes debido a esta actividad. aunque creo tampoco puede ser un espacio para ricos creo que un equilibrio es necesario.
gracias por tu comentario
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Para más información sobre esta extraordinaria plataforma para la investigación antártica aquí tenéis el link a una página web http://www.ejercito.mde.es/unidades/Antartica/antartica/index.html
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Increíble lugar, lástima que se esté derritiendo y estemos acabando con esto.
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Hola, si es un lugar precioso, a nivel de deshielo el efecto es mas palpable en el polo Norte que en el sur, pero evidentemente hay miles de impacto que ponen en riesgo este paraiso
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