Es inevitable pero cuando uno piensa en cascadas en Quebec rápidamente le viene a la mente la espectacular caída de agua de Montmorency, pero ese monumento a lo bello no debería eclipsarnos todo el patrimonio natural de una región que se manifiesta en numerosos paisajes en los que la fuerza del agua genera postales de sensaciones como sucede con el Parque de las Chutes-de-la-Chaudière.

Su nombre «Chaudière» (Caldera en francés) no puede ser mas expresivo porque el agua en su romper genera una inmensa nube de vapor que inunda de humedad el entorno. Agua en ebullición que alimenta de vitalidad a un frondoso bosque que acompaña al río en su recorrido y que cuenta con varios senderos ideales para los amantes del arte de las caminatas y en donde se han encontrado restos arqueológicos de antiguos indígenas de la región.

Las cataratas, cuya fuerza es aprovechada por una central hidroeléctrica, lanza un flujo medio al vacio de 133 m3/s llegando en momentos de inundaciones a ser de hasta 1240 m3/s; caudal que genera un descomunal ruido que es escuchado en todo el entorno y contribuye a profundizar aun mas en el sentimiento de contacto con la naturaleza.
El parque esta situado en la localidad de Lévis en la orilla sur del río San Lorenzo muy cerquita de Quebec ciudad y tiene acceso fácil por carretera través de la autopista 73 (salida 130) y la 20 (salida 311 luego ruta 116 Ouest). La entrada es gratuita pero es recomendable visitarlo entre mayo y octubre ya que las instalaciones cierran por la crudeza del invierno.
Quizás no aparezcan en las guías mas clásicas de atractivos de Quebec, pero las Chutes-de-la-Chaudière son agradecidas y dignas de ver y su visión contribuyen permiten disfrutar en mayor profundidad de la hermosura innata de esta región de Canadá.
Actualizado el 22 abril,2019.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño