La península de Byers en la Antártida es de esos lugares a los que cualquier adjetivo sirve de poco, a lo sumo todo debe ir acompañado de un superlativo. Situada en el extremo occidental de isla Livingston, la Península de Byers constituye un espectáculo natural de primera categoría,por la impecable belleza de sus paisajes, pluralidad de hábitats y su gran diversidad de flora y fauna. Abarca incluso la mayor concentración de refugios de cazadores de focas de principios del siglo XIX y una de las redes fluviales más completas de toda la Antártida. Todo ello, la ha hecho merecedora de ser calificada como Zona Antártica Especialmente Protegida (Nº 126) y una estricta protección que impide el acceso de los turistas, quedando limitado su uso a actividades científicas.

La península, que recibe el nombre de un empresario americano que promocionó diversas expediciones comerciales en la zona, muestra un impresionante inventario de playas las cuales se encuentran entre las de mayor longitud de la Antártida, aunque sus frías aguas no invitan precisamente al baño. El mar suele ser bravo es en este territorio y las olas rompen sobre sus arrecifes rocosos dificultando en gran medida el acceso a las playas incluso aunque se haga uso de embarcaciones pequeñas tipo zodiac.

En este entorno de excepción y a unos 700 metros de las playas, se asientan varios iglús de fibra, que conforman el núcleo estable del campamento científico español de Byers. Hablamos de una modesta instalación provisional para el uso de la ciencia española, que con premisas estrictas en lo referente al no impacto en el entorno, ha permitido el desarrollo de varias líneas de investigación focalizadas en parte en la riqueza y virginidad de sus ecosistemas acuáticos. Este asentamiento, conforma junto a la base Gabriel de Castilla y la base Juan Carlos I, las tres instalaciones sobre las que se asienta las actividades científicas de España en el Polo Sur.

Una de las características más interesantes de Byers es la ausencia de glaciares, hecho que la diferencia de otras partes de la Antártida. En vez de ello su puesto es ocupado por una profusión de ríos y de lagos, y una tierra donde el deshielo veraniego llena de color sus laderas mientras descubre impresionantes tesoros que dormitaban escondidos bajo el manto helado.
La riqueza limnólogica de Byers, trae en consecuencia la existencia de una gran diversidad de comunidades florísticas, incluyendo una gran multiplicidad de briofitos, líquenes y hongos. La orografía irregular, facilita la existencia de barrancos y oquedades protegidas del viento, viabilizando el crecimiento y supervivencia de las dos únicas fanerógamas polares, la Deschampia antartica y el clavelito antártico (Colobanthus quitensis).

A resguardo en los musgos, van a prosperar las dos únicas especies auténticamente terrestres de toda la Antártida, los dípteros Belgica antarctica y Parochlus steinenii. Hasta el momento han sido descritos unos 23 taxones de invertebrados en Byers, lo que conforma el contingente faunístico más diverso de los documentados hasta la fecha en el polo sur.
Pero pese a toda esta riqueza natural, es otra silueta, la de los elefantes marinos del sur, quien domina el paisaje. Los elefantes marinos (Mirounga leonina) son unos de lo seres vivos más impresionantes de la tierra, sus colonias constituyen todo un espectáculo animal, donde machos de hasta 3.500 kg luchan por el control de la playa desangrándose en el intento. Las hembras de menor tamaño crean harenes a la espera de la resolución de los combates, mientras crían y alimentan a sus retoños.

La lista faunística de Byers no se para aquí y engloba un amplio abanico de especies tales como skúas, petreles, gaviotas, pingüinos etc, así como varias especies de mamíferos acuáticos como es el caso de la foca de Weddel; todo ello nos lleva a considerar a Byers como una especie de arca de Noé donde se aloja gran parte de la excepcionalidad y diversidad de este continente.
Byers es esencia pura de la Antártida, un reflejo de la belleza inherente al latir antártico, un entorno de lujo para una tierra que solo ser definida por poetas.
Actualizado el 18 febrero,2016.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño