Una escultura parece tomar una bocanada de aire puro en el Souto de García Sánchez, oxigeno vital cargado de poesía que nace de la savia de esta arboleda centenaria ubicada en la localidad gallega de Lalín.

Este soto pontevedrés, también conocido por el nombre de Carballeira do Rodo, parece sacado de los sueños de un trovador, versos materializados en un conjunto escultórico de extraños seres inanimados, los cuales mezclan sus fantasiosas formas con hileras de castaños que en perfecta armonía crecen en altura y nos regalan un paisaje que enamora.
Bosque que a veces parece trazado por los ojos de un pintor impresionista y cuya imagen muta con las estaciones; así en otoño los árboles comienzan a perder su fronda y llenan el suelo de hojarasca y erizos de castaña creando una postal de parduzcos colores. En invierno, el paisaje desnudo crea vías de paso para un viento seco que se divierte entre los troncos y que se convertirá en amable brisa en primavera, momento en que las flores surgen en el prado y los arboles exhiben brotes de hojas aserrada, que en verano darán sombra a una enorme mesa parroquial obra del arquitecto Cesar Portela y en donde los vecinos disfrutan de «celestiales» banquetes.

Este paraíso de hoja caduca perteneció en el pasado a la familia García Sánchez, la cual obtenía madera noble de su explotación y en el pasado atesoraba grandes caballos ; hoy en día el uso maderero es limitado, pero su perfil literario en cambio proporciona sabrosas castañas y buenas fotografías, a unos visitantes que pueden completar su recorrido por la naturaleza recorriendo otros espacios singulares de la zona como la popular Fraga de Catasós o mismo la área recreativa de Mouriscade; ejemplos todos del potencial turístico de Lalín, un interior único donde los poetas pueden soñar y escribir versos sin mucho esfuerzo, ya que la inspiración en este entorno mágico se palpa y se siente en cada rincón.

Actualizado el 22 marzo,2017.