Durante la conquista de Hispania, la legio romana VII establecería permanentemente sus tropas a pie del río Bernesga en el Noroeste de la península ibérica, con el tiempo este modesto campamento inicial evolucionaría a para consolidarse en una autentica estructura urbana. Los azares del lenguaje, llevó a que sus moradores transformaran, con el tiempo, la palabra “Legio” a “León”, para que más tarde, en la edad media, este origen léxico fuese olvidado y se identificase a la urbe con el conocido felino, convirtiéndose así en el símbolo de la ciudad y de un poderoso reino.

La ciudad de León es bella e histórica a partes iguales, porque durante el apogeo del Reino de León, se embelleció el conjunto urbano con una sucesión de majestuosos monumentos, cuya visión actual nos recuerda la importancia histórica de la que fue la dinastía real más combativa durante los años claves de la Reconquista.
Reyes que descansan en el Panteón de los Reyes Leones situado en la Basílica Real de San Isidoro, sepulcro colectivo que destaca por sus extraordinarias pinturas murales, autenticas joyas del románico y que datan del siglo XII.
La visita al Panteón forma parte de un museo, que incluye una visita al claustro de la basílica, a la biblioteca, que contiene verdaderos incunables, y así como una pequeña estancia donde se guardan reliquias que conforman el llamado Tesoro de León, en el que encontramos el Cáliz de Doña Urraca (que algunos consideran como el verdadero Santo Grial) o el sarcófago que acoge los restos de San Isidoro de Sevilla, santo que da nombre al conjunto.
En esta Basílica, conjunción perfecta de numerosos estilos arquitectónicos, se celebra la Fiesta de las Cabezadas donde se conmemora los hechos acontecidos durante una procesión con motivo de una larga sequía y en la que tradición manda que los miembros del cabildo trasladen un gran cirio a la basílica, tras lo cual realizan vistosas reverencias que da nombre al acto.

Pero pese a la importancia histórica de San Isidoro, todo León rinde reverencia a su monumento más importante: la Catedral de Santa María. De estilo gótico, quizás se trate de la Catedral más hermosa de España; su lucidez se ve aumentada por el hecho de que no se ve atrapada entre edificios, al menos en su mayor parte, lo que hace que la vista general de la ciudad se vea siempre embrujada por su imponente presencia.
Sus portales de entrada son ricos en figuras, aunque la vista se suele desviar hacia su figura más lograda la famosa Virgen Blanca; aunque la expuesta al aire libre solo es una replica.Su interior es sobrio y poco recargado, lo que proporciona una sensación de espacio y recogimiento, pero sobre todo destaca por sus espectaculares vidrieras generan un ambiente multicolor que embellece este hechizante entorno.

La Catedral de León es uno de esos edificios que todos los profesores de arte deberían explicar a sus alumnos, un autentica joya arquitectónica cuyos orígenes se remontan a los tiempos del rey leonés Ordoño II, el cual, tras la victoria en la batalla de San Esteban de Gormaz, cedió su palacio para la construcción de un templo en agradecimiento al divino. Tras diferentes vicisitudes, incluida la visita de Almanzor, y varias reconstrucciones, la catedral toma forma definitiva en el año 1301.

Pero León es tan bello que hasta los hoteles son monumentos, uno de los más destacados es el Hostal de San Marcos, sede de la Orden de los Caballeros de Santiago en sus inicios, paso a tener distintos usos a lo largo del tiempo, hospital, convento, cárcel (incluso Quevedo “disfruto” de sus aposentos), hasta convertirse hoy en día en parador de lujo que con su esplendorosa fachada plateresca da la bienvenida a los foráneos.

La plaza de San Marcos está culminada por un sencillo crucero donde descansa una serena figura de un peregrino. Esta representación no es un sin sentido, ya que León es una ciudad indispensable para el Camino de Santiago y en ella desembocan numerosas rutas.
La huella cristiana siempre está muy presente en León y de hecho es fácil reconocerla en sus numerosas iglesias y conventos, pero si hay un momento en el que el fervor religioso es máximo es durante su conocida Semana Santa. La Semana Santa de León se mantiene como una de las grandes celebraciones de la ciudad y de hecho los «cazurros» se engalanan con sus trajes de nazareno y salen en procesión en múltiples cofradías, que llenan las calles del sonido de los tambores y el olor a vela.
Otra celebración masiva leonesa tiene coincidencia con la Semana Santa, se trata de la pagana Procesión de San Genarín, un divertido homenaje a un popular borracho que según cuenta la leyenda fue atropellado por el primer camión de la basura. Así el jueves santo el Barrio Húmedo de León se llena de gente con ganas de fiesta que dedican la noche a “matar judíos”, pero no os asustéis ya que en este caso consiste en beber una popular bebida leonesa, similar a la limonada.

El Barrio Húmedo también es el epicentro de una de las tradiciones leonesas más conocidas «las tapas». Cada corto de cerveza o mosto se acompaña con un preciado trozo de rica gastronomía leonesa, como la cecina o la chistorra. Todo este desfile gastronómico se enmarca en uno de los barrios más hermosos de León, con callejuelas estrechas y plazas como la hermosa Plaza Mayor, la siempre concurrida de la Bicha o la del Grano con su característico empedrado medieval.

León es una ciudad que te envuelve y atrae, una ciudad cuya muralla del medievo abraza y embellece un casco viejo que siempre depara sorpresas, desde cárceles a ruinas romanas, de palacios renacentistas como el de los Guzmanes o el de los Conde de Luna hasta iglesias herrerianas como la de San Marcelo; monumentos que entrelazan un paisaje urbano en completa evolución y que siempre estuvo abierto a la innovación arquitectónica, hasta el punto que cuenta con una de las pocas obras de Gaudí fuera de Cataluña, la famosa Casa Botines, o verdaderas joyas contemporáneas como el Auditorio (Premio Nacional de Arquitectura 2003) o el mismísimo MUSAC.

Porque en León es de esos lugares donde uno disfruta del placer de encontrarse, de sentir la vitalidad que se exalta durante las Fiestas de San Juan y San Pedro, o bien vivir la tranquilidad que desprenden las partidas de bolo Leonés, porque León es tierra abierta a todo el mundo, una ciudad hermosa que parece que lleva la belleza y la historia en la sangre.

Actualizado el 10 mayo,2016.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño