Le llaman el Versalles gallego pero al verlo uno piensa que no hay necesidad en buscar comparaciones, porque el Pazo de Oca es único y hermoso en su singularidad, de hecho hablamos de uno de los principales referentes de la belleza monumental de Galicia.

Mi tierra gallega esconde innumerables tesoros artísticos en su amplio y complejo rural; uno de sus secretos son los populares pazos, antiguas casas solariegas de los notables de antaño, los cuales constituían de facto el epicentro del poder local de las áreas donde se asentaban.
Los pazos siempre se han asociado a la riqueza de los caciques, los cuales en su ostentación crearon verdaderos monumentos a la integración paisajista. Estos hogares señoriales supieron difuminarse con el entorno, con cuidados jardines y edificios de piedra de la zona; palacios muy galaicos en su concepción y sin los cuales uno no es capaz de entender la historia de Galicia.

De la belleza de estos pazos muchas palabras se han escrito, pero si uno quiere entender profundamente la perfección sensorial que uno siente al descubrirlos, lo mejor es viajar a la parroquia de Oca en el municipio de la Estrada (Pontevedra), para luego dejarse sencillamente llevar por las emociones.

El Pazo de Oca es un complejo que establece sus primeros cimentos en el siglo XIII, aunque la imagen barroca que desprende a día de hoy es fruto de una reforma del siglo XVIII.
El Pazo se abre al exterior en una plaza que antaño funcionaba como patio de labor y donde la fachada genera una envolvente entrada, donde una torre almenada se eleva en uno de sus extremos. En el lado opuesto se impone la silueta de la iglesia de San Antonio de Padúa, la cual cierra el conjunto de forma magistral fusionándose con el cuerpo de edificio a través de un par de pasarelas de arcos ciegos.

Una vez dentro del recinto la hermosura se magnifica, existen pocos jardines en el mundo también cuidados como el del Pazo de Oca, de hecho uno no puedo dejar de sorprenderse ante la labor artesanal de los jardineros, que parecen dispuestos a no dejar ningún recoveco sin cuidado. Una búsqueda de la perfección armónica, que provoca que incluso a uno le cueste diferenciar entre los limites de las huertas del pazo y los jardines propiamente dichos.
En este divino vergel se entremezclan camelias con hortensias, hórreos con laberintos donde los niños juegan a perderse, fuentes con gallardas arboledas, elementos de piedra y savia que parecen fusionarse en el sonido unitario del agua que se mueve con lentitud por su inmenso estanque, que adopta una forma oblicua y en donde flotan dos barcas de piedra que parecen desarrollar un discurso de contraposición simbólica entre la tierra y el infierno.

El Pazo de Oca, que hoy en día pertenece a la Fundación de la Casa Ducal de Medinaceli y es visitable cualquier día de la semana, parece diseñado para llenar el alma a quienes pasean por sus entrañas, gente que en su desconocimiento o falta de tiempo habían obviado visitar esta joya del arte, pero que al hacerlo descubren aquello nunca creyeron posible, que Galicia aun puede ser más bella.
Actualizado el 19 abril,2017.
Genial como siempre.
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gracias como siempre 🙂
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La cultura Espanola me encanta mis abuelos era de la Coruna pero me gustan todas las Ciudades pues cada una tiene su encanto tanto cultural, Historico y su cultura dentro de la Espanola mi ilucion siempre a sido visitarla algun dia es para lo que quisiera tener el dinero para esto hay otras cosas Que tambien me gustaria como ayudar a todas las instituciones para ayudar sobre todo a los ninos con problenas de salud y de Vida
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ojala algun dia puedas venir a esta tierra y disfrutarla. un abrazo y gracias por tu comentario
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