Lugar de enamorados y de reflexión, el Palacio de Cristal es de esos lugares que relajan, donde los ciudadanos acuden a sentirse especiales, a soñar y a disfrutar viendo su reflejo en el agua; un edificio con esqueleto de metal y cristal convertido en el icono de lo bello de Madrid.

Situado en el interior del parque del Retiro, pasa desapercibido por la mayoría de los turistas extranjeros por ello se puede decir que en parte es como un tesoro secreto que se guardan para si los ciudadanos de la capital. El palacio es transparente y de factura impecable, estéticamente está integrado en un jardín con aire japonés, donde predominan los castaños y los cipreses cuyas raíces mueren a pie de un lago artificial.

El edificio fue construido en 1887 con motivo de la Exposición de las Islas Filipinas bajo el diseño de Ricardo Velázquez Bosco. Actualmente es un espacio expositivo que alberga las últimas tendencias de arte contemporáneo; obras que ganan en visibilidad por la luminosidad y amplitud del espacio, que volumétricamente se eleva hacia las alturas con soltura y elegancia.

Una cúpula central sirve de punto de referencia del edificio, cuya entrada principal se decora con columnas y sobrios ventanales. Enfrente, una escalera muere en el agua, allí a los atardeceres las parejas juegan o despiden el día con un beso, porque pocos espacios transmiten tanta calma como este homenaje al romanticismo de Madrid.

Actualizado el 15 febrero,2016.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño