Situada en la provincia de León y capital de la comarca de la Maragatería, Astorga concentra en un pequeña villa de 15.000 habitantes un patrimonio monumental de primera relevancia que la convierte en un destino que uno debe siempre visitar.

Una villa para enamorados de la arquitectura, de hecho goza del privilegio de contar con un regalo de Gaudí, ya que su Palacio Episcopal lleva su sello artístico, aunque por desavenencias con el cabildo fue terminado por el arquitecto Ricardo García Guereta; el edificio constituye la segunda obra de este diseñador de sueños en la provincia de León ya que también participó en la construcción de la Casa Botines en León.

La construcción del palacio episcopal es tan innovadora que en ocasiones parece dejar en un segundo plano a la adyacente catedral, histórico baluarte del prestigio de Astorga. Obra del siglo XIV, la catedral de Astorga sobresale en personalidad en parte por ese color rojizo que le concede la piedra clásica de la región. Su fachada barroca es memorable y da una sensación de increíble verticalidad que viene acompañado de una detallista decoración que no deja indiferente.

La Plaza Mayor es otra de la paradas clásicas en una ruta por el municipio; auténtico centro neurálgico de Astorga, sigue los patrones clásicos de las plazas mayores leonesas, donde el consistorio encabeza la misma y da señorío al entorno. Un ayuntamiento que luce un singular reloj donde unas famosas figuras, conocidas como los «Maragatos», nos sorprenden con su movimiento al marcar las horas.
Otros puntos de interés de Astorga, nos traen al recuerdo la huella romana de la antigua Astúrica Augusta. En el pasado, las explotaciones auríferas de la zona hicieron crecer la presencia de las huestes romanas en la región y esto conllevo el crecimiento exponencial de la villa maragata, este rico legado aun es visible a través de interesantes recintos musealizados como es el caso del Foro, Termas etc.

Pero por si algo es conocida Astorga a nivel nacional es por su gastronomía, especialmente por sus míticos mantecados u hojaldres. En Astorga hay innumerables pastelerías o tiendas donde uno puede disfrutar de los postres típicos de la región y así como de otras delicias culinarias, incluso cuentan con un Museo del Chocolate. Otro de los platos típicos es el cocido maragato, muy distinto a otros cocidos clásicos como el gallego o el madrileño, ya que el mismo se va sirve en sucesivos platos y en orden inversa, sirviendo primero la carne, luego la verdura y finalmente la sopa.
Son tantos los atractivos que no existe excusa para no dejarte caer por estas tierras y disfrutar de la combinación de buena gastronomía y de espectaculares monumentos, porque Astorga es una villa de ensueño, un pequeño paseo por el cielo.


Actualizado el 14 mayo,2019.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño
el legado de nuestros antepasados es admirable
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