Carballiño es una pequeña localidad orensana de no más de 15.000 habitantes, cuyo topónimo reflejaba la abundancia de robles (carballos en gallego) en la zona y que hace unos años ganó fama internacional al declarar al famoso pulpo Paul, como amigo predilecto de la villa.
Esta declaración no fue casual ya que los cefalópodos son una de las marca de orgullo para sus ciudadanos y todo pese a que se trata de una localidad de interior alejada de los puertos pesqueros, pero los entendidos dicen que el Pulpo a Feira de O Carballiño es el mejor preparado del mundo aunque los habitantes de Ons siempre van a discrepar; con todo la devoción por ese plato es única y de hecho alrededor de 300 pulperos de este pueblo se dedican a trasladar su saber a todas las ferias y fiestas de la geografía gallega.

Las mercados han marcado a Carballiño desde sus orígenes, así la localidad surgió en el siglo XVII como feria auspiciada por los monjes del cercano Monasterio de Oseira; de hecho, en el segundo domingo de agosto se celebra la popular Fiesta del pulpo, evento que llena de casi 50.000 visitantes la localidad y para la cual su alcalde intento sin éxito invitar/alquilar al famoso pulpo Paul. Pese a la negativa de los cuidadores del pulpo adivino, una comitiva del ayuntamiento viajo hasta Alemania para entregar al acuario una camiseta de la selección española con el nombre de Paul en homenaje a sus célebres predicciones.

A parte de la gastronomía, Carballiño es conocida por contar con una joya arquitectónica de primer orden: la Iglesia de la Veracruz. No hablamos de un monumento cualquiera, sino uno de los edificios más singulares de la carrera profesional de Antonio Palacios, arquitecto responsable de obras tan emblemáticas como el Palacio de Cibeles de Madrid o la Virgen de la Roca en Baiona.
Esta obra magistral, da personalidad y rango a la villa exhibiendo una esbelta silueta que destila numerosas influencias arquitectónicas y entre las que sobresale su torre de hasta 52 metros de altura. Construida con materiales 100% autóctonos de la comarca, especialmente granito y pizarra, permanecería inacabada durante años como consecuencia de la muerte del arquitecto siendo la obra finalmente finalizada en 1957.

O Carballiño también es visitada por muchos turistas que buscan el relajante descanso ofrecido por sus conocidas aguas termales, de hecho cuenta con tres balnearios, dos de titularidad privada «Gran Balneario» y «Caldas de Partovia» y uno municipal conocido como «Bañiño de Arco«.

En definitiva, O Carballiño es una buena parada para reponer fuerzas tras una ruta por el rural orensano, una visita que entremezcla valores gastronómicos y arquitectónicos, ofreciendo un resultado que satisface todos los sentidos.
Actualizado el 16 octubre,2017.