En Tierra del Fuego las aves son más confiadas que a los que estamos acostumbrados los ibéricos y por eso los encuentros con la avifauna fueguina carecen de ese carácter épico que tiene el hecho de sacar una foto de una gran rapaz tras una búsqueda agotadora por los montes.
Este encuentro que os narro fue así de fácil, nos tomábamos unas cervezas en Ushuaia en una terraza de las cercanías del Glaciar Martial y allí se posó un Carancho (Caracara plancus) justo en una barandilla al lado de nuestra mesa y para más inri no se movió en minutos como si estuviera esperando una sesión de fotos, así que hasta casi nos obligo a que le sacáramos una.

Con un aire que me recordaba a un alimoche, estaba ante mi una de las especies carroñeras/oportunistas más populares de las que pueblan el cono sur americano, de hecho seguramente estaba allí a la espera de los restos de comida de los turistas, aunque normalmente se alimentan de insectos, anfibios, reptiles y de carroña.
Perteneciente a la familia Falconidae, el carancho es un ave que impresiona por sus casi 120 cm de envergadura y por los bellos colores de su pico y patas. Muy confiada, puede pasar mucho tiempo posado en tierra, siendo habitual verlos andando al mas puro estilo de las gallinas; de hecho una vez perseguí a uno durante casi 20 minutos y en ningún momento echo a volar, solo dio pequeños saltos para alejarse un poco de mí y de hecho me aburrí yo antes que él.
Es una especie relativamente abundante y es común que habite entornos humanos o zonas próximas a vertederos; dada su versatilidad gastronómica y su amplia distribución geográfica por ahora no se encuentra amenazado y esperemos que en el futuro tampoco lo este, ya que así no perderemos nunca el placer que supone el compartir una cerveza ante su presencia.
Actualizado el 23 noviembre,2016.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño
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