Año 1515, Portugal vive momentos de gloria, las carabelas reales no dejan de llenar con riqueza oriental las arcas del estado y la prosperidad es más que evidente…. ¡lucen buenos tiempos a la vera del Tajo!. El rey luso Don Manuel, máximo benefactor de las proezas de sus navegantes, anhela la gloria y siente la necesidad de mostrar al mundo la grandeza de su poderío, por ello el preciado regalo que Alfonso de Alburquerque le trae desde la India es visto con tan buenos ojos. ¡Un rinoceronte!, hace siglos que ningún europeo ve uno, parece que la leyenda se convierte en carne y el mítico unicornio hace acto de presencia en la ciudad de las siete colinas.

Pese a que su tamaño impresiona, en la corte algunos discrepan de su fuerza y comentan que el “unicornio” nunca podría vencer la fuerza de un elefante; la discusión entre detractores y defensores de la fuerza del rinoceronte crece en intensidad y el monarca rompe su silencio proponiendo un duelo, la concurrencia estalla en alegría, la idea parece del gusto de todos los presentes.Dos inmensas fuerzas del mundo animal hacen acto de presencia en la arena, por un lado un paquidermo de la colección privada de su majestad y frente a él un rinoceronte de las sabanas del subcontinente indio, en el combate definitivo por la supremacía del mundo de las bestias.
A la señal del rey se retira la venda de Ganda, como era llamado el rinoceronte, el cual sale a todo correr al encuentro de un asustadizo y joven elefante, el orejudo paquidermo tiembla ante inminente impacto y por ello decide optar por la vía del escape aunque ello suponga arrasar la puerta de acceso al ruedo… ¡crash! El atronador ruido es indicio de que un elefante anda suelto y corre despavorido por las calles de Lisboa, causando pánico entre los alfacinhas. El resultado del envite es indiscutible, el rinoceronte gozara para siempre el honor de ser el ser más vigoroso del cosmos animal.

Se dice que el elefante paro su loco huida a los pies de donde hoy está construido la Torre de Belém e incluso se comenta que la peculiar forma y color de la fortaleza recuerda los cuernos del glorioso triunfo del rinoceronte.
Leyendas que si guardan parte de realidad, porque una estatua en homenaje a Ganda luce en uno de los costados de la torre; el rey ordenó resaltar en piedra la proeza del rinoceronte, para que su gesta fuese recordada por las generaciones venideras. Un merecido homenaje al animal más fuerte del mundo.

Actualizado el 10 mayo,2016.