Las Alcazabas eran recintos fortificados que servían de refugio a las guarniciones militares de los reinos islámicos hispanos; una de las más importantes y que en mejor estado se conserva es la erigida en la siempre hermosa ciudad de Málaga.

La alqaṣába malagueña, es el auténtico símbolo de la ciudad, un monumento que parece abrazar a la urbe gracias a una muralla formada por tres muros concéntricos que divide el cuerpo del complejo en varios recintos y que se expone venciendo a la ladera, con sus visuales almenas y firmes torreones, mientras deja a sus pies el esplendido teatro romano.
Del siglo X y construida sobre anteriores estructuras defensivas de la época romana-púnica, la fortaleza se abre al visitante con un camino de dura pendiente que parece no morir y que asciende flanqueando arcos y puertas defensivas. Todo ello engalanado con jardines, en los cuales las plantas se combinan a la perfección con fuentes y acequias, tal como uno puede sentir en el popular Patio de los surtidores.

La visita a este monumento es un claro resumen del esplendor del arte islámico en la península ibérica; complejo que en su materialización no se muestra lejos de las líneas marcadas por otros complejos militar-palaciegos de la época como puede ser la Alhambra, recintos que combinaban ese materialismo defensivo y militar con el lujo del ambiente residencial, con unos jardines que invocan al descanso y a la conversación.

Atravesando la Torre de los Cuartos de Granada, también llamada la Puerta Siete Arcos, alcanzamos la parte superior del recinto, que sirve de mirador por excelencia de la ciudad y de ubicación para el conocido palacio de la época Nazarí. La mansión palaciega fue construida sobre los restos de otro anterior, de la época en la que la Taifa de Málaga era un reino independiente y es un claro ejemplo de lo más granado del arte nazarí.
Sus patios son abiertos, en los cuales se combinan zonas de luz y espacios en sombra y donde el agua muere lentamente a través de minúsculos canales que desembocan en fuentes que siempre buscan mostrar la hermosura de los edificios en su reflejo.
Estos patios, muy característicos del islam andaluz, son escoltados por un conjunto de arcos simples o de herradura que se abren a pabellones ricos en arte caligráfico y vegetal, cuya decoración animaba visualmente unos espacios que combinaba la labor de residencia con la de órgano de gestión político administrativo. Lugar de decisiones claves durante el período histórico de la Reconquista, a veces uno no sabe si admirar la vida de lujo de sus dirigentes o bien temer el filo de la espada de Damocles que suponía su constante lucha con sus enemigos cristianos.

Las murallas de la Alcazaba no mueren en su palacio y en su conocida torre del homenaje, sino que ascienden mas en la vertical hasta alcanzar el cercano castillo de Gibralfaro, creando un conjunto monumental único, eterno, que domina el horizonte de Málaga y que demuestra que sin el patrimonio del Al-andalus, la belleza de la arquitectura en España sería simplemente un lienzo sin terminar.
Actualizado el 12 mayo,2016.