Todas las localidades tienen una leyenda asociada que es contada repetidamente con el fin de envolvernos en la magia del destino; Ponte de Lima no es excepción y una popular leyenda nos hace fluir a esta hermosa villa portuguesa.

Así los ponte-limienses cuentan como las huestes romanas llegaron a estas tierras donde se creía que existía un río mitológico el «Lethes» que quien se atraviese a cruzarlo perdía el sentido de su memoria.

El comandante de las tropas capitolinas, Decius Junus Brutus, se encontró que sus soldados se negaban atravesarlo temerosos de caer en su maldición; así que finalmente Decius amarró fuerte su caballo y cruzó el cauce, tras lo cual desde la otra orilla empezó a llamar a sus soldados uno a uno demostrando así la fortaleza de su memoria.

En contra de lo que dice su principal leyenda, Ponte de Lima es una villa difícil de olvidar, ya que no solo es bella sino guarda la esencia propia del Norte luso, autenticidad y raíces que se materializa en el hecho de que esté considerada la villa más antigua de Portugal.

Tal como refleja su topónimo, Ponte significa puente en portugués, la localidad está vertebrada por un puente, estructura de piedra de la tierra que con sus arcos infinitos une ambas orillas del río, cuyo caudaloso cauce nace en tierras gallegas con el nombre Limia y que anchea en Portugal bajo la denominación de Lima; este puente, de origen romano, es parada emblemática del Camino de Santiago portugués donde una hermosa capilla nos saluda donde mueren sus firmes arcos.

El casco urbano es un auténtico museo al aire libre, donde las casas se tiñen de la arquitectura más tradicional portuguesa, con techos de teja, paredes blancas y fuertes cimientos de piedra granítica, y en donde se entremezcla todas las evoluciones del arte europeo, desde el gótico al barroco pasando por el neoclásico y el rococó.

Las iglesias, pazos y sus calles monumentales, configuran un espacio abierto al turismo que suelen llenarse en coincidencia con sus conocidos mercadillos, herederos de los que se realizaban ya en la Edad Media.

Aun se mantienen en pie dos torres que nos recuerdan que en pasado fue un burgo medieval amurallado y que constituía un punto estratégico vital en las comunicaciones del naciente Reino de Portugal, que partiendo de las llamadas tierras del Alto Minho se fue extendiendo hacia el Sur en la reconquista. Este hecho, confiere a toda la región un carácter castizo único, la esencia más pura de la nación portuguesa y un lugar donde las costumbres son la piedra angular de sus habitantes.

Próxima a las orillas del río, una columna de esculturas de soldados romanos buscan con la mirada la otra orilla, y esperan señales de su líder militar que montado a lomas de un impresionante caballo les invita a atravesar las aguas que bañan la belleza de Ponte de Lima;  una villa que lejos de llevarte al olvido te regala lo mejores recuerdos.

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Actualizado el 28 abril,2017.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño