Morro Jable, el tesoro que endulza Fuerteventura

Fuerteventura es dura en su paisaje, una isla donde las cicatrices de su vulcanismo definen una tierra árida y sin apenas vegetación donde durante generaciones los majoreros han crecido y sobrevivido centrando su existencia en la actividad pesquera y ganadera.

Si «afortunadas» fueran las Canarias, la isla de Fuerteventura se quedó con el tesoro constituido por la sutil combinación de playas, dunas y saladares de diseño, todo ello aliñado con un sol amable que se atreve a brillar todo el año. Estos reclamos atrajeron a los turistas, especialmente alemanes e ingleses, que ávidos de tranquilidad y bronce, ocuparon parte del litoral de la isla y transformaron sus pequeñas localidades autóctonas, entre ellas la de Morro Jable en el término municipal de Pájara.

Jandía
Playa de Jandía  Foto: Miguel Ángel Otero Soliño

Hace años «Morro» (como es a veces conocida por sus habitantes) era solo una aldea de pescadores situado en los lindes meridionales de Fuerteventura, pero el desarrollo de la actividad hotelera modificó su estructura y diseño urbano radicalmente.

La localidad creció rápidamente, definiendo una dicotomía extraña que marca aun hoy su actividad diaria; así el núcleo de vida (servicios públicos, bancos…) se concentra en las inmediaciones de la zona urbana original, mientras que la actividad hotelera se perfiló persiguiendo los lindes de la playa de Jandía.

Morro Jable Fuerteventura
Vista del puerto de Morro Jable  Foto: Miguel Ángel Otero Soliño

El pueblo en líneas generales aun mantiene la esencia de sus orígenes, con casas bajas de colores suaves y que se orientan hacia el mar siguiendo el desnivel del barranco de donde se asienta. Sus habitantes son una mezcla poco homogénea de majoreros y de adoptados (gallegos, andaluces, marroquíes…) que vinieron atraídos por unos buenos salarios del boom de la construcción y del turismo.

Morro Jable España
Calles de Morro Jable  Foto: Miguel Ángel Otero Soliño

La porción costera es sin duda el trozo de terreno más original; claveteado bajo la sombra de su iglesia principal y de sus múltiples callejones, se abre un espacio a pie de mar con terrazas y restaurantes que animan a una parada antes de iniciar su afamado y bello paseo costero. El corredor deambula por la costa desafiando la extraordinaria duna primitiva y entre una vegetación deslumbrante de colores, donde las palmeras y las aloe veras comparten destino con decenas de ardillas morunas (originales de África e introducidas en la isla), que se acercan confiadas a los turistas.

Faros de España
Faro de Jandia  Foto: Miguel Ángel Otero Soliño

El camino se ve resguardado por monótonos hoteles donde los turistas aprovechan los todo incluido para disfrutar de sus jubilaciones. Tras la duna la playa se abre y el saladar coge forma y belleza, será aquí donde su famoso faro estampe sus raíces en el suelo, mientras que en el lado opuesto una ballena muestra su osario al solano. Tablas de windsurf, toallas, nudistas y no nudistas generan el paisaje de una agrupación de playas abiertas en mentalidad y que no entiende de estaciones del año, ya que el sol es cariñoso con estas tierras y sus aguas.

La vida en Morro es relajada y de buenos paladares, ideal para las compras en sus tiendas y terraceo adobado con papas arrugadas y mojo picón, en un ambiente donde las alegrías y los buenos momentos se brinda con ron.

El otro arenal de la localidad es tan bello como desconocido por los turistas, se llama playa las Coloradas y queda parcialmente escondida por el puerto comercial de la ciudad, de ahí que aun guarde un ambiente más intimo y local, pero su estampa a pie de acantilado es realmente impresionante.

Morro Jable
Cementerio de Morro Jable Foto: Miguel Ángel Otero Soliño

Cercano a este arenal podemos visitar el curioso cementerio local, donde las lápidas obvian la sobriedad de otros camposantos y se muestran llenas de vida, con vistosas fotografías que recuerdan a los habitantes de este pueblo y su intimo vínculo con la tierra.

El cementerio es la última parada antes de que la carretera deje de estar asfaltada y empiece a serpentear para alcanzar los interiores del Parque Natural de Jandía y la infinita belleza de la playa de Cofete, uno de los rincones más hermosos de la isla.

Parque Natural de Jandía
Playa de Cofete Foto: Miguel Ángel Otero Soliño

Cofete comparte carretera con el que es otro de los grandes símbolos de la ciudad, el Faro de Punta de Jandía, un edificio cuyo perfil enmarca las fotografías de los turistas que se acercan a este punto a ver la rompiente del mar o como el sol se esconde del mundo, en esos hermosos y famosos atardeceres canarios.

Niños de terracota Fuerteventura
Niños de terracota  Foto: Miguel Ángel Otero Soliño

El pueblo nace o termina (según se mire) en un yin yang gigante en forma de rotonda, donde unos niños de terracota miran como aducidos hacia al sol, en una alegoría relativa al crecimiento humano; aunque algunos preferimos pensar que buscan ese destello que Russian Red nunca alcanza en el vídeo «The Sun, the trees» del álbum Fuerteventura, un reflejo de un sol que nace y muere en el mar de esta maravillosa isla.


Licencia de uso de fotos y texto Planeta on Tour
Las fotos y textos son propiedad de Planeta On Tour. Pinchar aquí para ver licencia de uso

Actualizado el 21 septiembre,2016.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.