El museo al aire libre de Göreme es junto al valle de Ihlara la principal atracción turística de la región turca de la Cappadocia. Hablamos de un conjunto monumental de monasterios e iglesias de gran belleza excavadas en plena piedra y que datan del siglo XI y XII y que se encuentran localizadas en el entorno de lo localidad turca de Göreme.

Estas pétreas capillas, declaradas en 1984 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, fueron creadas por comunidades primitivas de cristianos que hicieron de este valle su hogar y centro de retiro.
La especial morfología de la geología de la zona, llenas de chimeneas de origen volcánico, sirvió de base para crear un laberinto de estancias religiosas construidos a base de arañar lentamente pedazos de la montaña.

Una vez que salimos del centro de visitantes accedemos al conjunto histórico que esta formado por diferentes «monasterios» adosados a sus impactantes paredes. Las entradas a los mismos son estrechas por lo que si se concentran muchos turistas, uno debe tener mucha paciencia ya que uno tendrá que hacer cola para entrar.

Pero la pequeña espera vale la pena, ya que es realmente increíble la labor realizada por estos seguidores de lo divino. Al observarlas en detalle a uno fácilmente le invaden las dudas al respecto de su quehacer diario, desde como como accedían a las iglesias, ya que muchas de ellas están escavadas a cierta altura, hasta la escasez de espacio, o la pobreza y sencillez de sus alojamientos o comedores, pero sin duda la joya son sus espectaculares pinturas, una hermosa oda a Dios, claro ejemplo del bello arte dejado por el cristianismo en la región.

Una de las iglesias, Tokali, quizás la que cuenta con los frescos más completos, esta situado en el exterior del recinto aunque uno puede acceder a la misma con la misma entrada del museo. A nivel de servicios este espacio arqueológico es muy completo, así cuenta con guías en varios idiomas, audioguías, tienda de recuerdos, baños y una cafetería.
Es un emplazamiento digno de la categoría concedida por la Unesco, es bello, situado en un entorno fabuloso y con una riqueza patrimonial única, por lo que una visita a la Kapadokya nunca sería completa sin admirar este singular rincón.

Actualizado el 10 abril 2019.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño