Muchos viajeros que visitan Dublin por primera vez, se suelen sorprender por la dureza visual de un conjunto escultórico situado a las orillas del río Liffey no muy lejos del célebre edificio Custom House; lo que muchos desconocen que este monumento conforma el recuerdo del que fue uno de las mayores catástrofes humanitarias de las historia a nivel europeo: «La Gran Hambruna Irlandesa«.

La Gran Hambruna Irlandesa o la Hambruna de la Patata, tuvo lugar entre los años 1845 y 1849, siendo de tal magnitud que incluso hoy en día Irlanda aun no ha recuperado la población que tenía de aquella; los expertos citan que la crisis provocó que un millón de personas murieran y otro millón emigrará creando la gran diáspora irlandesa existente en países como Estados Unidos, Canadá, Australia o Reino Unido.
Esta crisis sin precedentes se produjo a consecuencia de la expansión en la isla de la plaga de la patata o tizón, un hongo que provocó que durante años las cosechas de este tubérculo no prosperasen; era tal la dependencia alimenticia de los campesinos católicos irlandeses que tenían de la patata, que el hambre provocó migraciones masivas de campesinos a las ciudades en busca de alimento lo que al final acabó provocó el estallido de epidemias como el cólera, el tifus o la disentería y que serían responsables fundamentalmente de la gran mortalidad que se produjo durante estos años.

El injusto reparto de las tierras entre los campesinos católicos y los terratenientes anglicanos (Irlanda en aquel momento estaba bajo el dominio Británico) provocó un malestar creciente entre la población católica que impulsó el adormecido nacionalismo irlandés y que empezó a reclamar incluso violentamente que las cosechas de trigo (que no se vieron afectadas) no fuesen exportadas a Inglaterra y permitiesen alimentar a la población hambrienta.
La «crisis de la patata» es clave a la hora de entender el fin del dominio británico en Irlanda y tuvo un fuerte impacto en pensadores contemporáneos como Karl Marx, quienes condenaron la crueldad de los terratenientes británicos.
También se dice que tuvo un gran impacto en la historia de los Estados Unidos, ya que la emigración irlandesa cambió radicalmente la demografía de muchas ciudades como Boston y el rechazo antiesclavista que muchos irlandeses trajeron al Nuevo Mundo, supuso un refuerzo a las ideas de los Estados del Norte durante Guerra de Secesión americana.

El Monumento a la Gran Hambruna en Dublin (Famine memorial en inglés) fue esculpido por Rowan Gillespie en 1997 y está conectado con el cercano Museo de la emigración irlandesa (EPIC), ya que el memorial pretende reflejar el dolor de los hambrientos emigrantes irlandeses que tenían que abandonar su país e iniciar una nueva vida en otro lugar.
Un monumento duro e impactante, pero reflejo de un suceso histórico que ha marcado para siempre la historia de Irlanda e indirectamente de la del mundo.

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Actualizado el 13 septiembre, 2020.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño