Donde muere Francia y la frontera adquiere acento teutón, se levanta galana la ciudad de Estrasburgo, una de las capitales de la Unión Europea y uno de esos lugares que por su historia y belleza todo viajero debería visitar.
Epicentro político de la histórica región de la Alsacia, Strasbourg es una ciudad que destila cultura y arquitectura con galones, de hecho su casco histórico es patrimonio de la humanidad por la Unesco desde 1998.

Una catedral que roza el cielo
Un patrimonio de aire medieval concentrado en la conocida como la Grande Île, una isla rodeada por ríos de extraña denominación numérica y cuyo centro neurálgico está coronado por la dominante presencia de la Catedral de Notre-Dame.
La catedral católica de Estrasburgo es de esos edificios que no dejan indiferente, no solo por la excelencia de su estilo gótico tardío, sino principalmente por su altura, de hecho desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XIX fue la catedral más alta del mundo; un templo que destaca por su torre campanario y que alberga en su interior un interesante reloj astronómico que hará las delicias de los soñadores.

Una «gran isla» llena de secretos
La plaza donde se alza este celestial templo, exhibe innumerables edificios que muestran el poder económico de la burguesía de Strossburi (como se denomina la ciudad en alsaciano) y cuyo mayor ejemplo es laMaison Kammerzell, uno de los ejemplos más destacados de la arquitectura gótica de la ciudad.
Pero la Grande Île no acaba aquí, su casco urbano se llena de palacios, iglesias y edificios gubernamentales que mutan del renacentismo al gótico o al barróco y que se integran en una red de calles, que desfilan por el centro aprovechado al milímetro el espacio y que puntualmente se abren al aire libre con plazas de hermosa factura como la que homenajea al héroe local el General Kleber.

Una Pequeña Francia que enamora
Pero no todo en Estrasburgo se define con grandes adjetivos, el barrio de la Pequeña Francia (Petite France en francés) es de esos lugares que enamoran a primera vista, con casas de madera de coloridas fachadas y en el que las contraventanas son parte inherente a la decoración exterior; predios que antaño alojaban a curtidores o pescadores quienes aprovechaban los desvanes de sus inclinados tejados como secaderos.
Edificios que muchas veces albergaban molinos, que aprovechaban la fuerza de los canales para obtener esa harina que acompaña a muchos de los deliciosos platos de la gastronomía de Alsacia y que hoy se pueden degustar en los innumerables restaurantes del barrio.
La Petite France muere en el momento que se alzan los cuatro torres de los Ponts Couverts, un conjunto de puentes que atraviesan canales y esclusas, creando una de las estampas imborrables que siempre uno guardará de Estrasburgo.

La Estrasburgo moderna y cosmopolita
Pero no solo de edificios históricos vive Estrasburgo, la modernidad arquitectónica domina muchos espacios públicos como uno puede apreciar cuando ve la espectacular cubierta del Gare de Strasbourg, una burbuja de diseño que cubre una de las mayores estaciones de tren de Francia.
Pero especialmente esta vanguardia es visible en el barrio internacional donde se asientan los principales edificios burocráticos y diplomáticos; no hay que olvidar que Estrasburgo es una de las ciudades claves del engranaje de la Unión Europea, de hecho aloja importantes sedes como la del Parlamento Europeo, el Consejo de Europa o la Corte de Derechos Humanos, edificaciones todas de diseño innovador que dan a la ciudad esa imagen moderna y multinacional que tanto la identifica.

Una ciudad de mil encantos
Estrasburgo es una ciudad de ciudades, barrios con personalidad propia y calles plenas de vitalidad y de esencia cosmopolita donde los los idiomas se entremezclan armoniosamente.
Una urbe de medio millón de habitantes, que disfrutan de una colección monumental única, un tesoro abierto que también está abierto a quien quiera acercarse a este encantador rincón de Francia, porque Estrasburgo es de esas ciudades que aun viajero siempre le gusta conocer.

Fotos y textos son propiedad de Planeta On Tour. Pinchar aquí para ver licencia de uso
Actualizado el 24 abril,2019.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño