Galicia es una joya de mil engarces, alhaja que se vertebra a través de la monumentalidad de sus pueblos y ciudades que la convierten en un tesoro abierto a ser descubierto por aquellos afortunados que la visitan; una de las gemas de ese divino cofre se hace forma en la ciudad de Betanzos.

A Betanzos no se le puede valorar desde el punto de vista del censo porque su historia y patrimonio es digna de reseña, de hecho cuenta con el titulo de ciudad desde el año 1465; pedigrí ganado a pulso por la vitalidad de un pueblo de claro carácter comercial y progresista que con los años se fue embelleciendo gracias a la aportación de ilustres familias como los Andrade o los García Naveira.
Recientemente acudí al encuentro de los encantos de esta localidad coruñesa; me acompañaban en esa exploración mis compañeros de GaliciaTb y una guía de Turismo de Betanzos, que con un conocimiento pleno de la urbe nos fue descifrando el código secreto que convierten a Betanzos en una más que atractiva experiencia.

El inicio de esta ruta llena de detalles y curiosidades, se inició en la plaza que adopta nombre de los conocidos hermanos García Naveira, un espacio que en el pasado quedaba fuera de los muros de la ciudad pero que hoy constituye el epicentro de la vida de Betanzos, un decorado adrezado por un incontable numero de ventanales que se integran en esos cantones tan propios del Norte gallego.
Entre estos edificios de piel de vidrio se esconde la sede del Banco Etcheverria, la entidad decana de la banca nacional y la segunda empresa más antigua de España, pero que discretamente se integra en un entorno dominado por la iglesia-convento de Santo Domingo, desde cuya torre todos los 16 de agosto se lanza un célebre globo en honor a San Roque; de manufactura artesanal, una misma familia se encarga históricamente de construirlo, el globo resume en sus paredes de papel los acontecimientos más importantes del año.

La plaza está plagada de detalles, de farolas que se entremezclan con estatuas y fuentes, y donde un hermoso palco de música parece darnos la bienvenida a unas calles que en el pasado se encontraban intramuros.Mientras avanzamos en nuestro recorrido observamos como un color domina la visualidad urbana, se trata del patentado verde Betanzos cuya fuerza y singularidad parece darnos a entender el carácter propio de los brigantinos.
Uno de los edificios singulares de esta ruta es la modernista Casa Nuñez, que hoy en día funciona como sede del Centro Internacional de Estampa Contemporanea (CIEC); este hermoso predio fue destinado principalmente a fines comerciales (aunque también contaba con zona de viviendas) de hecho sus muros, además de un banco, acogió un almacén donde se vendía todo tipo de productos y cuyo concepto se puede considerar una versión primitiva de los actuales centros comerciales.
No muy lejos está el Consistorio, cuya sencillez empequeñece ante las torres de la Iglesia de Santiago; el templo, que fue inicialmente construido en el siglo XV por Fernán Pérez de Andrade, experimenta un fenómeno de inclinación similar a lo observado en Pisa ya que la construcción de una segunda torre, la original solo tenía una, provocó una ruptura técnica de todo el diseño; con todo su fachada aun permanece como uno de los elementos más definidores del perfil de Betanzos.

Más allá de la plaza de la Constitución, Betanzos se hace estrecha y blanquecina; el paisaje deja de ser noble y burgués a convertirse en popular con un diseño donde predomina mas las casas agrícolas o marineras. El conjunto más original de estos edificios civiles se encuentran en Fonte Unta, cuyas hermosas balconadas servían incluso como hórreos urbanos, aunque también rodeando las antiguas puertas se encuentran ejemplos interesantes de arquitectura.
El casco histórico de Betanzos, que fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1970, aun guarda más tesoros escondidos como son los casos de las iglesias de San Francisco y Santa María de Azogue; ambos templos fueron financiados por la noble familia de los Andrade, pero cada uno tenía usos distintos. La de San Francisco fue construida a satisfacer las necesidades de la familia mecenas, en su interior destaca el Sepulcro de Fernán Pérez de Andrade que está considerada como una de las tallas más logradas del medievo gallego, sepultura que es sostenida por un jabalí, símbolo familiar de los Andrade y por un oso que representa a la iglesia.

A diferencia de la anterior, la iglesia de Santa María de Azogue tenía como fin servir al pueblo llano y destaca por el retablo flamenco que decora su altar, una verdadera joya que en los 80 sufrió la amputación por parte del conocido ladrón de arte Erik el Belga. Otro de los elementos singulares es el calendario agrícola completo que fue tallado en uno de los capiteles de la capilla Sur del ábside, y la representación de un barco nórdico en uno de los laterales, que traen al recuerdo la presencia de los vikingos en las costas gallegas.
Vikingos que en sus naves debieron remontar la Ría de Betanzos y acceder al histórico puerto de la ciudad, hoy en día en desuso desde el punto de vista comercial. En sus riberas hoy descansan un gran numero de embarcaciones particulares, muchas de las cuales sirven de medio transporte para trasladar a los betanceiros a los terrenos de la romería fluvial de los Caneiros, la fiesta de referencia en la comarca donde el vino y la diversión están siempre garantizados.

Con todo la perla turística de Betanzos es sin dudarlo el Parque del Pasatiempo. Se trataba de un verdadero parque temático construido a finales del siglo XIX por los García Naveira, emigrantes retornados que, tras hacer fortuna en América, decidieron regalar a su ciudad natal un parque enciclopédico en donde plasmaron sus experiencias a cerca del mundo.
La verdad que el parque desborda en información y conocimiento, con una explosión de originalidad que se manifiesta en sus sorprendentes fuentes y estatuas, todo ello pese a que lo que queda del parque es una mínima, y no muy bien cuidada, expresión de aquel conjunto de que en su esplendor ocupó alrededor de 90.000 m2.

El Pasatiempo superviviente a los devenires de la guerra civil y del abandono de postguerra, aun sigue nutriéndose de belleza en las aguas del Estanque del Retiro, donde un templete de inspiración oriental sirve de punto central de un entorno pleno en detalles y motivos clásicos, donde los inventos modernos de la época se entremezclan con animales mitológicos.
La cultura clásica y los vínculos con América, hacen de antesala a representaciones de los viajes de Juan García Naviera quien diseño una serie de cuevas que en su parte superior sostienen una terraza donde un colosal León toma asiento. A los pies del felino se observa perfectamente la inmensa belleza del parque, el cual incluso era frecuentemente mencionado por las primeras guías de viaje internacionales de principios del Siglo XX, las cuales recomendaban si o si una visita a este original monumento; unas guías que escritas a día de hoy son incapaces de obviar no solo el Pasatiempo sino a todo la ciudad, porque Betanzos es una tierra que inspira y cuya huella queda plasmada en todos los que se acercan a conocer este bello e histórico «pasatiempo».
Actualizado el 13 abril,2018.
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