El Teatro Romano de Cartagena fue uno de los grandes descubrimientos arqueológicos de la España de los años 80 del siglo pasado, y de hecho fue toda una sorpresa, ya que pese a que hoy en día es considerado uno de los teatros hispanos mejor conservados, no existía ninguna constancia de su existencia hasta que unas excavaciones para construir un Centro Regional de Artesanía lo retornaron a su lugar en la historia.

Hoy en día este teatro esta completamente musealizado, con una reforma magistral realizada por el conocido arquitecto Moneo, el cual ha elevado el conjunto a una categoría especial convirtiéndolo en uno de los principales monumentos de la ciudad.

Al museo se accede por la plaza del ayuntamiento, a través de un edificio modernista de colores rosáceos. Desde el mismo nos adentramos en un museo que exhibe el impacto de la huella romana en la ciudad y que muestra piezas arqueológicas de gran de interés recogidas durante las excavaciones y así como maquetas explicativas de la configuración real del mismo.

El teatro está situado en plena pendiente en la ladera del conocido parque Torres, y se abre sin pudor con una gradería capaz de alojar hasta 6000 personas y que gradualmente desciende, hasta morir en una Orquesta y Púlpito de la cual hoy en día solo permanece su esqueleto pero que servía de plataforma para la actuación de lo mejores artistas del momento.

Coronando el espacio se encuentran los restos de la antigua Catedral de Cartagena, la cual fue derruida durante la Guerra civil. Sus muros a medio caer nos recuerdan la barbarie que supuso aquella lucha fratricida entre compatriotas y que fue especialmente virulenta en la ciudad de Cartagena.

Mas allá del trágico pasado de sus muros, el Teatro Romano se ha convertido desde su reinauguración en un espacio de admiración para aquellos que desean conocer el rico pasado de Cartagena, una urbe con historia, belleza y sobre todo con muchísimo encanto.

Actualizado el 24 abril,2019.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño