Nota Importante: El Zoo de Buenos Aires cerró sus puertas como tal en 2016 y lleva años en proceso de reconversión en un Ecoparque, por lo que artículo está obsoleto y solo debe ser tenido en cuenta como referente bibliográfico de lo que era el antiguo Zoo.
Las colecciones de animales han existido desde la antigüedad, pero no será hasta el siglo XIX cuando se inicie la construcción de instituciones zoológicas especificas y estables. Entre esas instalaciones pioneras se encuentra el Zoo de Buenos Aires, que constituye uno de los jardines zoológicos más antiguos e interesantes del mundo, siendo fundado el 30 de octubre de 1888 en el barrio de Palermo.

El hecho de ser uno de los centros decanos no ha impedido que su colección animal haya evolucionado radicalmente, pasando de ser una exhibición simple de fieras exóticas a convertirse en una institución moderna con más de 2500 animales, donde la conservación y la educación juegan un papel primordial; esta labor única se refleja en que el zoo constituye uno de los más visitados del mundo con casi 3 millones de visitantes anuales.
Esa gran herencia se siente en sus paredes, donde la concepción paisajista y arquitectónica del centro es excelente, existiendo pocos parques que conjuguen esos aspectos tan perfectamente. Así el Zoo de Buenos Aires, cuenta con el privilegio de estar considerado monumento histórico nacional argentino, privilegio que pocos espacios como este cuentan en el mundo.
El zoo es distinto a lo que uno se encuentra en la mayoría de la instalaciones de este tipo, de hecho algunos de los recintos son monumentos en si mismos. Además la existencia de lagos y estanques contribuyen añadir mayor singularidad al parque, de hecho el circuito en barco por el llamado lago Burmeister hace las delicias de los más pequeños y constituye una de las principales atracciones del parque.

Si queremos un buen resumen del patrimonio ambiental suramericano este es tu sitio; así cuando caminamos uno puede descubrir cóndores andinos, tapires, guanacos, carpinchos y felinos de gran prestigio como el puma.
La gran fauna africana evidentemente juega un papel también importante como suele ser habitual en este tipo de centros; así hay espacio para hienas, rinocerontes, elefantes, leones etc. El zoo en sus 18 hectáreas también cuenta con un acuario,donde se combinan especies de río y de océano de todas las latitudes mundiales, y un completo reptilario.
En definitiva un espacio abierto a todo el mundo que complementa la oferta lúdica de la ciudad de Buenos Aires y contribuye a la dura y difícil labor de trasladar el conocimiento natural a la ciudadanía argentina.

Actualizado el 25 abril,2019.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño