Suena extraño pero los cementerios son de esos lugares que siempre me gustan visitar en mis viajes, espacios de los que muchos huyen por el fuerte sentimiento de dolor o miedo que trasmiten pero que resultan vitales para la reflexión y el aprendizaje sobre la vida.
Escuelas de historia y de religión, los camposantos son verdaderas lecciones de antropología humana, ya que sus detalles nos cuentan como han evolucionado las distintas sociedades y nos ayudan a comprender mejor la naturaleza humana. Además muchos cementerios son verdaderos museos al aire libre, con obras y expresiones artísticas que impactan al visitante, porque en el momento de la muerte los sentimientos se desbordan y de esas emotividad parece contagiarse los artistas del arte fúnebre.
En la ciudad de Vigo contamos con un cementerio muy singular que incluso es desconocido por la mayoría de sus ciudadanos y que sorprende a quien osa entrar por sus puertas, estoy hablando del Cementerio de Pereiró. En mis frecuentes excursiones suelo llevar a la gente a conocerlo tras visitar el hermoso parque de Castrelos y absolutamente todos, pese a su rechazo inicial, vuelven fascinados, especialmente los extranjeros ya que los mismos descubren cuan diferente es su forma de ver la muerte a la nuestra.

En mi «ruta turística» suelo llevarles en primer lugar ante la que para mi es una obra de arte con mayúsculas, se trata de una escultura de la muerte que se acerca con sigilo a una joven dama. La imagen es simbólica a la vez que trágica, reflejo en piedra del sentir de unos padres que vieron perder a sus tres hijas.
Esta escultura, para mi la mas espectacular de la ciudad, fue el motivo de mi primera visita al cementerio y motivó un artículo que titulé «Caminando por cementerios» el cual fue publicado en Planeta on Tour en 2013 y que fue ilustrado con la foto que acompaña a este post. Pese a que fue un artículo en el que puse mucha alma, el mismo pasó discretamente por la vida del blog y tuvo unas visitas muy modestas, pero curiosamente años mas tarde la imagen llamó la atención de una editorial argentina editorial «Edhasa» que este verano se puso en contacto conmigo ya que querían que la misma ilustrase la portada de un nuevo libro.

En principio no me podía creer que alguien desde el otro lado del mundo hubiera encontrado mi foto y quisieran que la misma decorase un ensayo sociológico sobre la muerte y sus relaciones con la política y la sociedad. Investigue un poco por internet a los autores, Gabriel Kessler y Sandra Gayol, y para mi sorpresa descubrí que los mismos venían del mundo académico y tenían en su haber un importante curriculum literario y un prestigio mas que contrastado.
Ante esto por un lado sentí un cierto orgullo por el hecho de que una foto mía pudiera acabar siendo la portada de un libro de autores que eran entrevistados en los mas prestigiosos diarios argentinos, pero por otro lado no acaba de entender porque estaban interesados en una foto de un cementerio de Vigo para un libro que seguramente versaría sobre Argentina, así que le pregunte a la chica que se había puesto en contacto conmigo porque la habían escogido y me respondió:
«los autores estaban en la búsqueda de una imagen representativa para la cubierta del libro y dieron con esta estatua del cementerio que es francamente fabulosa. Cuando nos comentaron lo que querían iniciamos la búsqueda y dimos con su página. Su foto tiene un ángulo genial, perfecto para lo que buscábamos, capta el acecho de la muerte. Realmente tiene impacto. Por eso nos decidimos a comunicarnos de inmediato»
Tras pensarlo mucho y darle mil vueltas acabe aceptando la propuesta; fundamentalmente lo hice porque el libro tenía un carácter académico y porque en el fondo siempre es un punto a favor apuntar en tu curriculum de escritor (si realmente me puedo considerar así) que una editorial extranjera se haya fijado en tu trabajo, pero sobre todo lo hice por el orgullo interior que supone guardar en tu biblioteca un ejemplar de un libro encuadernado por el enfoque y la visión que tuviste al admirar una pieza de arte.
Es curioso como da vueltas la vida, un paseo realizado en 2013 se tradujo en una foto que hoy embellece y da fuerza al recién publicado libro «Muerte, política y sociedad en la Argentina», una reflexión sobre cómo la muerte ha sido pensada y sentida y de qué manera se la ha representado; una obra centrada en Argentina pero cuya fachada exterior te traslada a un cementerio singular y hermoso, una joya arquitectónica que resulta desconocida en gran medida por los vigueses pero que enamoró a dos prestigiosos académicos; un reflejo de que no sólo Vigo es una ciudad hermosa y llena de secretos, sino que sus expresiones artísticas son universales y capaces de emocionar incluso a los que viven en la otra parte del mundo
Actualizado el 22 enero,2016.