Soria es una provincia cuna de grandes poetas, artistas de la palabra que tomaron inspiración de ese paisaje que enamora a cada paso; uno de esos entornos numantinos que solo pueden ser descritos en verso es el hermoso Parque Natural del Cañón del río Lobos.

Sorprende a la vista del caudal del río Lobos, que este afluente del río Ucero pudiera generar semejante «tajo» en la fachada caliza del terreno, pero su lento trabajo erosivo parece hecho por un artesano, paciente obra que nos ha regalado un paraje protegido único que abarca más 10.000 hectáreas ubicadas mayoritariamente en la provincia de Soria, aunque también se extiende por la de Burgos.
Paredes verticales de hasta 100 metros de altura que generan entornos ideales para la aves rupícolas como el buitre leonado, cuyo batir de alas muchas veces se transmite a través del eco del cañón. No es la única especie singular que habita el parque, de hecho a la sombra de las sabinas y los pinos habitan gran variedad de aves y mamíferos (alimoches, búhos reales, nutrias, ciervos…), así como una significativa diversidad de reptiles y anfibios.

Naturaleza divina que acude a rendir pleitesía al creador en la ermita de San Bartolomé; esta iglesia de estilo románico perteneció a la orden del temple y hoy en día constituye la principal foto de una reserva natural, que guarda innumerables senderos y miradores desde los cuales uno puede admirar como la geología desafía el vértigo y se divierte en la expresión de sus formas.
Los 25 kilómetros de desfiladero son pura explosión natural, de hecho en 1985 fue constituido como el primer parque natural de la comunidad autónoma de Castilla y León, honor comprensible porque el Cañón del río Lobos es resumen de todos los valores ambientales, geológicos y culturales de una tierra, cuya alma solo es comprendida por trovadores, pero que siempre está abierta a los profanos.


Actualizado el 16 abril,2018.