Es ya noche cerrada, pero un festival de luces se empeña en trazar con pasión las líneas arquitectónicas de la Grand Place de Bruselas; no es una iluminación estanca e inmóvil, sino que una solemne música sirve de batuta para el cambio de tonalidades de este magnánimo foro, que no solo constituye el corazón de Bélgica sino que también presume de ser una de las plazas más bellas de Europa.

Su denominación en flamenco «Grote Mark» nos recuerda que en el pasado esta plaza actuaba como mercado matinal donde se comerciaba con la calidad de los productos textiles y gastronómicos belgas; a día de hoy esta explanada, construida por un puzzle de adoquines, constituye el epicentro social y político de la ciudad; predominancia que queda reflejada en el perfil de su ayuntamiento, cuya torre combina altura (mide 96 metros) con lo mejor del esplendor del gótico. El diseño que adopta el cuerpo del Hôtel de Ville, recuerda a la de una gran catedral, hasta el punto de que muchos turistas la confunden con la misma.

A la sombra del gran ayuntamiento desfilan varias decenas de edificios consortes, entre los que sobresale la Casa del Rey, de estilo neogótico, y cuyo nombre nos recuerda el fuerte vínculo que en el pasado la ciudad tenía con el Rey de España.
Con todo el resto de figurantes no desmerecen el conjunto y la plaza etas flanqueada por edificios estilosos que servían en su mayoría para alojar a los poderosos gremios de Bruselas, los cuales contaban con acceso y visión directa hacía la Grand Place a través de sus singulares y amplios ventanales.
Vidrieras que en agosto recogen el color de la inmensa alfombra floral que se instala en la plaza cada dos años; hablamos de millones de flores colocadas en inspirado arte por un centenar de artistas locales, los cuales montan con sus sueños un tapiz tan hermoso como efímero, ya que el sol marchita las flores pasado un par de días.

Este mosaico vegetal se observa mejor desde los tejados de la plaza, los cuales son diversos en su concepción y que suelen estar coronados por estatuas de inspiración clásica; techumbres de amplia pendiente adaptados a la dureza invernal y cuya forma da personalidad a este foro declarado patrimonio de la humanidad de la Unesco en 1998.
Merecido reconocimiento a la que es probablemente la más bella de todas las plazas mayores de Europa, un conjunto monumental que parece hecho para que la gente lo fotografíe y se enamore, una plaza pública que no siempre huele a chocolate pero que siempre deja un sabor dulce en la boca.

Actualizado el 09 abril,2019
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño
Que chula Bruselas!!! Que post y que fotos maravillosas!!!
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si lo es y muchas gracias por el comentario 🙂 un abrazo
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