En el mundo de los viajes, muchas veces uno hace paradas imprevistas, en mi caso la de la ciudad de Béjar en la provincia de Salamanca, siempre la asocio a buenos recuerdos. Hace unos años paré a verla en un viaje a Plasencia y me hechizó ver como la ciudad lucha contra la orografía de su famosa sierra, mientras los neveros o la niebla cubre sus cumbres.

Desde aquella impactante visión, cuando circulo por la autovía de la Ruta de la Plata, siempre me paro en su mirador, descanso unos minutos y prosigo con fuerzas renovadas, unos caminos que serían infinitos y muy aburridos, sin estos pequeños detalles de belleza viajera.

Actualizado el 24 mayo,2024
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño

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