Desde muy antiguo y en coincidencia con el solsticio de invierno existía la tradición de agasajar a los niños con regalos, esta fiesta con los años fue cristianizada y asociada a la figura de San Nicolás a partir del cual se originarían cientos de variables regionales que acuñarían diferentes nombres como Santa Claus, Papá Noel etc.

Con todo antes de la popularización de San Nicolás en Europa, en la península ibérica ya existían figuras propias que hacían una función similar como es el caso del Olentzero en Navarra y País vasco o el Esteru en Cantabria; uno de estos personajes mitológicos tiene su cuna en Galicia y se le conoce con el nombre de O Apalpador.
O Apalpador persiste como leyenda especialmente en el Este de Galicia y recientemente esta siendo recuperado por asociaciones culturales con el fin de contrarrestar la influencia mercantilista asociada actualmente a Papá Noel y de paso recuperar una figura tradicional de la navidad gallega.
Quienes lo han visto dicen que O Apalpador es un gigante carbonero de largas barbas rojizas y que mora en las montañas durante todo el año y que desciende a los pueblos por la navidad con el fin de comprobar si los niños han comido bien a lo largo del año, para ello palpa la barriga de los niños (de ahí su nombre) cuando estos están dormidos y comprueba si las mismas están llenas o no. En caso de que no lo estén se queda preocupado y les deja castañas y ocasionalmente algún regalo y les desea que el año venidero no pasen hambre.

O Apalpador no dista mucho en apariencia y trabajo a sus homólogos cántabros y vascos, por lo que se cree que la figura tiene una base común y que su tradición estaba muy extendida en la antigüedad aunque la misma fue perdiendo fuelle con los años quedando relegada a ciertos ámbitos rurales de montaña.
Pese a todo a día de hoy parece que O Apalpador vuelve a descender de las montañas y a regalar castañas a los niños, porque en el fondo su existencia depende únicamente de su ilusión y mientra ellos creen en su existencia, descenderá todos los años de su guarida para que ningún niño pase hambre.
Actualizado el 20 octubre,2017.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño