Cada año, coincidiendo con el 17 de marzo, el mundo se tiñe de color verde conmemorando la muerte de San Patricio, el patrón de Irlanda; pero, más allá de dar nombre a una de las fiestas más reconocidas a nivel internacional, San Patricio es ampliamente reconocido como el impulsor de la evangelización de Irlanda, una tierra totalmente ajena al cristianismo hasta ese momento y en la que el paganismo de los druidas contaba con un amplio respaldo local.

El misionero, pese a no ser irlandés de nacimiento, se adaptó bastante bien a la compleja sociedad irlandesa del Siglo V y poco a poco fue construyendo una estructura religiosa estable que serviría de germen a la futura y poderosa iglesia católica irlandesa.
Gran parte de su éxito nació del carácter didáctico de sus enseñanzas, en las que muchas ocasiones utilizaba elementos de la vida cotidiana de los irlandeses para explicar realidades complejas de las enseñanzas cristianas, como es el caso de la Santísima Trinidad.
Así, San Patricio ilustró este dogma (que concluye que Dios, Jesús y el Espíritu Santo son el mismo ser) utilizando un trébol de 3 hojas y asignando a cada una de las hojas uno de los 3 elementos que conforman la Trinidad. Al igual que las hojas del trébol, cada miembro de la Santa Trinidad es una entidad por sí misma, pero a la vez conforma una unidad, un ente divino en el que tres personas son simbolizadas en un solo Dios.

La elección de la planta conectó rápidamente con el pueblo llano, ya que la misma era muy popular entre los irlandeses y era utilizada frecuentemente por los druidas locales, quienes concedían al trébol cualidades mágicas.
Con el tiempo y, especialmente tras la popularización de la figura de San Patricio, esta especie del género Trifolium, conocido también como Shamrock, se convirtió en uno de los principales símbolos de Irlanda, siendo uno de los elementos más representados y que más orgullo transmiten a los irlandeses, porque a veces los gestos más simples son los que más huella dejan.

Actualizado el 17 marzo,2025.

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