Los hay a decenas escondidos por todos los rincones, no son seres reales pero forman parte inherente del paisaje urbano de Wrocław, hablamos de sus entrañables enanitos, figuras que en muy poco tiempo se han convertido en uno de los símbolos de la ciudad.

La ciudad polaca de Wrocław, conocida en español por el nombre de Breslavia, está totalmente invadida por cientos de gnomos de unos 20 cm que aparecen como por arte de magia en los sitios más inverosímiles del callejero; generalmente, estas figuras replican escenas graciosas jugando con el mobiliario urbano o haciendo guiños a las actividades comerciales de la calle donde se instalan.
Hoy en día estos «enanitos» o «krasnales» arrancan sonrisas y fotos a pequeños y mayores, pero su origen era más reivindicativo ya que su figura fue utilizada como símbolo de resistencia contra la opresión del gobierno comunista; así en los años 80 del siglo pasado miembros del colectivo Alternativa Naranja, originario de Wrocław, decidieron realizar pintadas anticomunistas por todo el país, las cuales eran acompañadas a modo de burla con un dibujo de uno de estos gnomos.

Con la caída del comunismo, los «enanitos» se escondieron en sus mágicos escondites y no volverían a reaparecer hasta el año 2001, cuando el gobierno municipal decidió homenajear la lucha del colectivo e instaló una estatua de un gnomo en la calle Świdnicka, una céntrica avenida de Breslavia donde solían realizarse muchas de las acciones de la oposición anticomunista.
Esta primera estatua es conocida por el nombre de Papa Krasnal y en ella se representa a un «gnomo» colocado sobre un pedestal con forma de dedo pulgar; el éxito de esta estatua y el deseo del gobierno local por mantener vivo el recuerdo de las acciones de Alternativa Naranja, les llevo a instalar más enanitos por toda la ciudad, gesto que fue imitado por numerosas instituciones públicas o privadas.

Actualmente son cientos los enanitos que habitan Wrocław, de hecho existen rutas turísticas específicas para descubrir los más pintorescos. Un éxito que enamora a los visitantes y que ha provocado cierta controversia, ya que algunos polacos consideran que con su instalación se esta banalizando la lucha en favor de la democracia que realizaron muchos activistas, los cuales sufrieron torturas y penas de prisión.
Pese a la queja más que razonable al respecto, también es cierto decir que la curiosidad por el origen de los «krasnales» ha servido para que muchos se interesen por conocer más sobre la historia reciente de Breslavia; probablemente, sino fuera por estas estatuas el legado de aquellos luchadores por la democracia hubiera quedado progresivamente olvidado en los libros de historia.
Los hijos de Papa Krasnal ya se han independizado y explotan su creatividad en las calles, pero el sigue vigilante de mantener el espíritu de todos aquellos «gnomos» que secretamente trabajaron para que hoy Polonia sea una democracia, un legado que nunca debería olvidarse.

Actualizado el 13 febrero,2018.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño