Mucho se habla de la belleza de las sinagogas de Toledo o de Córdoba, pero cuando tenemos que hablar del templo judío más grande de la península ibérica, la mayoría desconoce que este se encuentra en la ciudad portuguesa de Oporto y se llama Sinagoga Kadoorie.

La expulsión de los judíos portugueses y los «marranos»
A finales del siglo XV, los judíos sefarditas sufrirían un proceso de expulsión de la península ibérica, en un trágico proceso iniciado por el Edicto de Granada en el que los Reyes Católicos expulsaban en 1492 a los judíos de los territorios de la Corona de Aragón y Castilla.
En este contexto, la presión de la iglesia católica sobre la corona portuguesa, donde muchos judíos se habían refugiado, no se hizo esperar y 5 años después, en 1497, el Rey Don Manuel I (vinculado por casamiento con los Reyes Católicos) acabaría por decretar que los judíos deberían convertirse al cristianismo o bien abandonar el país inmediatamente.
Muchos se fueron al exilio, mientras que otros hebreos continuaron la práctica secreta del judaísmo, en algunos casos como la comunidad de Belmonte hasta finales del siglo XX, los cuales pasarían a ser conocidos como «criptojudíos» o «marranos«.
La sinagoga de Oporto y el Dreyfus portugués
La inauguración de la Sinagoga de Oporto en 1938 fue posible gracias a la labor de Artur Carlos de Barros Basto, un militar de origen criptojudio que tras descubrir los orígenes hebreos de su familia, iniciaría un proceso personal de conversión hacía el judaísmo.
En su nueva condición de judío, entró en contacto con la pequeña comunidad hebrea de Oporto, formada por una decena de familias asquenazís que se habían instalado en la ciudad portuguesa atraídos por su creciente actividad comercial.
De mano de Artur Carlos de Barros Basto los fieles judíos empezaron a organizarse y este acabaría por fundar en 1923 la Comunidade Israelita do Porto e iniciar la construcción de la sinagoga.

La sinagoga atrajo a algunos criptojudíos del Norte y Centro del país, cuyas familias venían ejerciendo ritos judíos desde la Edad Media y que vieron en la construcción del templo una oportunidad para ejercer su verdadera religión en plena libertad.
Artur Carlos se encargo de la comprobación del pasado judío de los recién llegados y en algunos casos practicó el mismo la circuncisión de los mismos, provocando una respuesta aireada del estamento militar quien acusó al mismo de practicas inmorales y fue apartado del ejercito, en un polémico caso de antisemitismo, hasta que algunos medios se refirieron a él como el caso de «Dreyfus portugués«, por su similaridad con el famoso proceso de acusación a Alfred Dreyfus en Francia.
Con todo, logró en 1938 ver levantado su anhelada sinagoga y tras pasar años ayudando a a cientos de judíos a escapar de la Europa ocupada por los Nazís, se encargaría de liderar la comunidad judía de Oporto hasta su muerte en 1961.
La sinagoga de Oporto
La sinagoga es sin duda la joya más desconocida de la ciudad de Porto y no suele aparecer reflejada en la gran cantidad de guías y artículos sobre esta turística ciudad portuguesa y eso pese a que es no solo es la sinagoga más grande de Portugal, sino también de toda la Península Ibérica.
Una sinagoga que vio a la luz en pleno auge del nazismo y del régimen fascista portugués del Estado Novo y que se mantuvo apartada de este turbio período debido a su discreta ubicación pegada a los muros del popular cementerio de Agramonte, en el barrio de Boavista.
Una de las cosas que suele sorprender de esta sinagoga es su complejo nombre, ya que oficialmente se denomina «Sinagoga Kadoorie – Mekor Haim«; el nombre de «Kadoorie» procede de Laura Kadoorie, una mujer de familia sefardí de origen portugués, la cual recibió un póstumo homenaje por parte de sus hijos que financiaron gran parte de la construcción de la sinagoga. El otro nombre «Mekor Haim» era el nombre original propuesto previamente por Barros Basto y significa en hebreo «fuente de vida».

Los arquitectos de este esplendido templo fueron Augusto dos Santos Malta e Arthur de Almeida Jr., quienes desarrollaron un proyecto singular con una fachada muy propia de las corrientes arquitectónicas de la época y que esconde un interior más clásico con una decoración de estilo morisco donde se sientan los fieles hasta alcanzar una capacidad máxima de 350 personas, distribuidos en la tradicional división en 2 plantas, donde las mujeres suele sentarse en la parte superior.
La sinagoga de Oporto fue restaurada en 2012, en paralelo a la rehabilitación de los honores militares del Capitán Barros Basto por parte del gobierno portugués, momento en que este fantástico monumento recuperó su esplendor y se abrió a las visitas de gente de fuera de la comunidad, con la creación de un pequeño museo de la historia de los judíos portugueses, que permite explicar el fuerte legado del judaísmo en Portugal cuya manifestación más esplendida es sin ninguna duda esta bella sinagoga.

Actualizado el 14 julio, 2020.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño