Patara es uno de los emplazamientos más singulares y bellos de la costa mediterránea de Turquía; un santuario natural que acoge los restos arqueológicos de lo que fue un floreciente puerto comercial en el cual nació San Nicolás, obispo cristiano cuyos milagros y actos de generosidad inspirarían con el tiempo la leyenda de Papá Noel.

San Nicolás, el obispo que inspiró a Papá Noel
Turquía, por su ubicación geográfica, fue uno de los primeros territorios en conocer el evangelio, por eso muchos santos y mártires de la antigüedad nacieron en la Península de Anatolia; entre todos ellos, fue San Nicolás el que jugó un papel más destacado.
El santo, cuyos restos descansan en la localidad italiana de Bari, fue conocido por su carácter afable y protector de los débiles, especialmente si estos eran niños; muchos de sus actos de altruismo se hicieron inmensamente conocidos, como cuando ayudó a un padre en la mas absoluta miseria, lanzando monedas de oro por la chimenea, las cuales cayeron milagrosamente sobre unas medias de lana que estaban secándose al calor de la lumbre, hecho que daría origen a la tradición de colgar medias o calcetines durante la Nochebuena.

Tiempo después de la muerte de San Nicolás, las comunidades cristianas adaptaron la tradición pagana de hacer presentes coincidiendo con el solsticio de invierno, relacionando la entrega de regalos a la figura del santo. Con los siglos la costumbre se trasladaría al Norte de Europa y posteriormente a América, donde la figura de San Nicolás se iría transformando progresivamente en Santa Claus, Papá Noel o en cualquiera de sus infinitas variantes regionales.
Una de las playas más espectaculares de Turquía
Patara se aleja del tópico polar asociado actualmente a Papá Noel y la tierra natal de San Nicolás esta situada en una región cálida y de temperaturas amables durante todo el año.
La figura del santo no esta muy explotada en Patara, en gran parte porque el turismo cristiano asociado al mismo está completamente desplazado a Myra (la actual Demre), en donde el apóstol ejerció como obispo y vivió hasta su fallecimiento en el año 345; de hecho, la mayoría de los visitantes de este conjunto arqueológico protegido, lo hacen atraídos principalmente por su virginal playa de casi 18 km de longitud, una de las más largas y bellas del país.

La playa de Patara es de esos lugares que te convencen de porque los arenales turcos siempre aparecen en los rankings de los más hermosos del mundo; de aguas limpias y cristalinas, la playa está constituida por una formidable extensión de arena dominada en sus limites por un complejo sistema dunar, que forma un entorno natural único para la fauna y flora y que incluso sirve de lugar de desove anual para cientos de tortugas.
Patrimonio arqueológico de primer nivel
Patara también guarda un rico patrimonio arqueológico, de hecho, la localidad era conocida en la antigüedad por su Oráculo, uno de los más prestigiosos de la época y solo por detrás en consideración del existente en el santuario de Delfos.
Como urbe comercial jugó un papel importante en lo que hoy conocemos como la Civilización Licia. La prosperidad económica de la ciudad generó un significativo desarrollo urbano y arquitectónico, pero por desgracia muchos de los edificios existentes, incluido el oráculo, han desaparecido, aunque las recientes excavaciones realizadas en la zona han empezado a recuperar parte de ese patrimonio perdido.

Uno de los edificios más singulares que ha vuelto a la luz, es la sede de la Asamblea de la Liga Licia. Los pueblos licios desarrollaron un sistema de representación proporcional que fue ampliamente admirado durante la antigüedad y que sirvió incluso de inspiración para los redactores de la Constitución americana. El bouleuterion ha sido recientemente restaurado y luce un impecable aspecto, sirviendo como recuerdo de la que fue una de las democracias más perfectas de la historia.

La herencia romana, quienes anexaron la ciudad en el año 43 a.c, también esta muy presente en las ruinas del conjunto. Uno de los principales ejemplos de su arte, lo encontramos en el simbólico Arco de Modesto, pero no nos podemos olvidar también del solemne anfiteatro o del que se considera como uno de los faros más antiguos del mundo.
El patrimonio del parque arqueológico se completa con varias necrópolis, templos, graneros y un largo etc de edificios que se unirán a todos los restos que se irán descubriendo con los años a medida que se desarrollen más las investigaciones arqueológicas, porque Patara es un espacio vivo que con los años se vuelve más interesante y completo, pura huella de la riqueza y diversidad histórica y natural que atesora Turquía.
Actualizado el 20 agosto,2016.