San Sava, el gran templo ortodoxo de Serbia

La catedral de San Sava es el monumento que mejor refleja el poder de la iglesia ortodoxa de Serbia, una maravilla arquitectónica que es pura fantasía visual y que constituye un regalo abierto para todos aquellos que se acerquen a la ciudad de Belgrado.

Catedral de Santa Sava

Recuerdo que en mi visita a Bulgaria hace unos años, el guía que nos acompañaba comenzó a lanzar adjetivos de belleza hacía la catedral ortodoxa de Alejandro Nevski en Sofía; según sus palabras era la más bella, la más perfecta y un continuo de epítetos de grandiosidad que terminó curiosamente con un lamento, de que ya no era la iglesia ortodoxa más grande de los Balcanes y que ese honor ahora lo disfrutaban los serbios. Fue ese el momento cuando escuche por primera vez hablar del Templo de San Sava en Belgrado y en ese mismo instante ya se creó esa poderosa necesidad viajera de conocerlo, que por fin pude materializar este verano.

Santa Sava Serbia

Quizás lo que más sorprende al primerizo, es que pese a que su estructura comenzó a levantarse en 1935, la catedral de San Sava aun no está terminada al 100%. Las diferentes guerras que sufrió Serbia durante todo el siglo XX, el comunismo y la falta de presupuesto hicieron que aun hoy en día partes del edificio aun estén en construcción, lo cual no quiere que la experiencia se vea reducida, porque, pese a los flecos pendientes, todos los atractivos del monumento ya lucen en plena armonía.

El elemento más espectacular de este templo, que toma inspiración directa de la Basílica de Santa Sofía en Estambul, es su inmensa cúpula, que con sus 70 m altura domina el diseño en planta griega del monumento.

El interior es de ensueño, con una imagen de un Cristo Pantocrátor que da la bienvenida al visitante y que te atrapa durante todo el recorrido; pero Cristo no está solo, se ve acompañado por ángeles, vírgenes y múltiples figuras religiosas que se expresan en forma de mosaicos o pinturas murales y recubren cada rincón de esta joya de la ortodoxia.

El templo está consagrado a Santa Sava, el que fuera fundador de la iglesia ortodoxa de Serbia y se ubica en el lugar donde los otomanos incineraron sus restos en 1595. Un lugar de cargado de simbolismo, que hoy acoge a esta iglesia que no solo es el templo más grande del país, sino también uno de los mayores dimensiones de esta corriente en el mundo, pudiendo albergar hasta 10.000 fieles en oración.

Terminó la visita con una sonrisa, la alegría de haber vivido una experiencia enriquecedora, porque da igual la religión, porque cuando uno visita una obra maestra como esta todos somos creyentes, un fiel de la religión de la belleza de nuestra mundo.

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Actualizado el 4 noviembre,2022.
Publicado por Miguel Ángel Otero Soliño